El abono diario es nuestra meditación.
Estoy convencida que la practica de la meditación diaria me ayuda a tomar consciencia de cómo quiero y no quiero vivir. De cuales son mis zonas oscuras, mis sombras, mis autoengaños y qué quiero cambiar. Dicho de otra manera, me ayuda a identificar qué es lo que no funciona en mi vida. Y me ayuda a VER mis inercias, mis creencias y como mis emociones me arrastran y me sacan de mi centro. Poco a poco, me ayuda a ver mis miedos y a disiparlos. Me da fuerza e intuición: claridad.
Tras este breve enunciado os propongo hacer el ejercicio de ir conociéndonos a través de la meditación diaria, 10 min. dos veces al día, por la mañana y por la noche.
Este conocimiento no será algo que voluntariamente consigamos, si no que la comprensión de uno mismo, irá surgiendo como una nueva flor que crece lentamente en una buena y nueva tierra abonada diariamente.
Con esta nueva actitud y experiencia de la meditación profunda y sincera 2 veces al día, ganaremos en aceptación, en felicidad y libertad. Será el momento de empezar a desarrollar recursos para mantenernos más sanos y felices. Además de empezar a observar que sí somos responsables de lo que sentimos.
Hasta ahora la felicidad y el equilibrio dependían de lo externo. Iremos experimentando y comprendiendo que no es así. Que depende exclusivamente de nosotros mismos. O sea, accederemos a un nivel superior de consciencia y la comprensión de nuestro proceso se irá dando.
Pero las herramientas son imprescindibles, y una de ellas es la meditación. A través de ella iremos dando luz a nuestro interior, y nos ayudaremos a conectar con nuestra esencia.
Meditar, de meditatio, quiere decir estar en el centro, permanecer en el centro, estar presente en el ahora y dice P. D´Ors: «lo que encontramos es la Luz, claridad”. Nuestra gran herramienta, el abono que hace la tierra más fértil.
Así pues viajemos hacia el centro de nosotros mismos a través de la meditación.