Qué es el ego y cómo se construye.
El ego es aquello que creo ser, es ese conjunto de ideas que tengo sobre mí y que solo son, en verdad, un conjunto de pensamientos más, de los miles de pensamientos, unos 60.000 al día, que surgen en mi cabecita a diario y en todo momento. Me dejo guiar por ellos porque creo que ese soy yo, que es mi forma de ser. Yo como Inés me identifico con ellos y creo que soy yo. Y ahí reside el problema. Ese es el meollo de la cuestión. La identificación en la que me adentro sin apenas percibirlo.
Cuando empiezas a observar el tema y llevas un tiempo trabajando sobre esta idea, puedes ver, darte cuenta, de que ese modo de comportamiento no eres tú, sino el resultado de tus pensamientos condicionados. Y claro, todo lo que se construye con el tiempo, de forma condicionada por la educación, dónde y cómo vivimos… acaba componiendo un paisaje. Si tú hubieras nacido en otra familia y otra ciudad, serías otra persona distinta… Nacemos vírgenes de pensamientos, niños, y a medida que vamos cumpliendo años, se va configurando lo que llamamos ego, que no es la esencia de cada uno, sino una serie de ideas que adopto como mías y por tanto me identifico con ellas.
Entonces aparece la gran pregunta que se han formulado los místicos desde la antigüedad: ¿quién soy yo? “Yo soy el que soy” le respondió Dios a Moisés cuando éste le interrogó sobre quién era https://es.wikipedia.org/wiki/Yo_Soy_el_que_Soy
Pongamos un ejemplo sobre lo que estamos hablando: María es muy controladora porque cree que, si no lo tiene todo bajo control, se le puede escapar algo y verse perdida. Entonces su cabecita está sumida en ese control férreo a fin de que nada se le escape, malgastando una energía que no tiene y acaba agotada de tanto pensar. ¿Cómo salir de ahí? ¿Cómo zafarse de esta mente, en este caso controladora por miedo al desenlace? Sólo hay una manera segura, abocarse al silencio de la meditación y dejar ir esos pensamientos reiterativos en la paz y la serenidad que el silencio otorga.
Cuando estás en el silencio meditativo, todo es de otra manera, hay sosiego, relajación y apertura, a pesar de los cientos de pensamientos que se van sucediendo en tu cabecita testaruda. Sólo has de darte cuenta de ellos y dejarlos pasar, como las nubes blancas bajo un cielo azul: llegan y se van. Eso es todo. No se ha de hacer nada más. Por ello le llaman también el “arte del no hacer”.
Pero la mente vuelve a dar la lata: esto es muy aburrido, me dice, estoy perdiendo el tiempo porque no hago nada más que pensar y no medito. Nunca podré, soy demasiado nerviosa, tengo muchas cosas que hacer… y algunos acaban dejándolo o pasándose a otro tipo de terapia acabando por picotear sin profundizar en ninguna. No era su momento, no pasa nada. Pero esa actitud responde, como decíamos al principio, a esos pensamientos que me dicen que nunca podré o que estoy perdiendo el tiempo.
De aquí que en el método inspira recomendamos empezar con 5-10 min. de meditación diaria, si puede ser 2 veces al día y de forma rigurosa, con intención, ilusión y una mente abierta. Al cabo de unos cuantos días, la cantidad de pensamientos irá descendiendo, pudiendo de alguna manera saborear la serenidad de la mente o calma mental, Shamata शमथ y el sosiego del corazón.
Desde nuestro método te invitamos a conquistar el arte de la meditación. Es una invitación sencilla puesto que no hay mucho que hacer, y sí mucho que desaprender, como siempre nos recuerda nuestro maestro Swami Rameshwarananda Giri desde el CampusPHI https://cvuc.eu/ .
Gracias por seguir ahí, haciendo de motor para seguir escribiendo este blog.
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