Procura por ti: conquista el método inspira y la meditación diaria

Procura por ti: conquista el método inspira y la meditación diaria

Llega el otoño resuelto y determinado! Y se va asentando el nuevo curso del método inspira. ¡Qué ganas tenía!

Las sesiones grupales las tenemos lunes y jueves en distintos horarios; y seguimos con los cursos individuales, muy terapéuticos, que nos ayuda a vernos y vivir mejor, más conscientes y menos reactivos.

¿Qué hacemos en estas sesiones del método inspira?. Para qué nos sirve?, ¿me  puede ayudar?.

El objetivo principal de este curso es conquistar el hábito de la meditación diaria. No es poca cosa… Y en segundo lugar, tomar conciencia de cómo vivimos y cómo no queremos vivir… qué rumbo queremos que tome nuestra vida. ¡Definitivo!!
En una primera sesión, aprendemos a tomar consciencia del cuerpo, de nuestras tensiones y aprendemos a verlas, sentirlas y eliminarlas. Vemos cómo nos afectan, al igual que observamos pensamientos y emociones y aprendemos a dejarlas ir.
El curso nos enseña a transformar de manera positiva nuestra actitud hacia nosotros mismos y por ende hacia los otros.
Nos ayuda a ver aquello que permanece oculto y te mantiene en tu propia cárcel de cristal, pues el autoengaño está ahí sin que podamos o sepamos percibirlo. Y esa falta de verdad frente a la vida, a la que estamos muy acostumbrados porque siempre ha sido así, es la fuente de nuestra infelicidad, lo queramos reconocer o no.
Para poder desgranar y ver, hace falta silenciarnos. Por eso el silencio de la meditación es tan importante y vital. Nos ayuda a «ver». A tener una nueva mirada. Lo que nos lleva a la libertad es vernos, para poder así cambiarlo. Y para cambiarlo hemos de identificar, y posteriormente querer cambiar. El querer es importante, mucho más de lo que nos podemos creer a simple vista. Y verlo es imprescindible. Cuando ves, lo que no Es cae por sí mismo, sin esfuerzo. De eso van las sesiones del método… de vernos, de comprender, aunque nos incomode, y de aceptar, aunque cueste… Se necesita humildad, mucha humildad.
El curso nos ayuda a desarrollar una nueva actitud, de templanza serena y de nuevas aperturas, recordando que la aceptación de lo que Es, es nuestro mejor antídoto.
Y a lo largo de las sesiones vamos tomando consciencia de que poseemos recursos propios para gestionar la ansiedad y el estrés. Nos damos cuenta lentamente que nuestros pensamientos dan forma a nuestra vida, lo que pensamos va dando forma a nuestra existencia.

Para los que no os habéis decidido todavía, a pesar de que sí sabemos cómo nos ayuda y nos calma… os paso una fórmula para relajaros por mientras (perdón, pero mis hijos lo decían cuando eran peques y siempre me ha hecho muchísima gracia), ganar concentración y poder tomar conciencia de la realidad que estás viviendo.

Preguntémonos: es esta la realidad que quiero vivir?. ¡Cuestionarnos las cosas, no vivir a remolque de las situaciones, crearlas!

Y como dice una buena amiga: Vivir o Sobrevivir!! ¿Qué quieres?, Tú escoges!. … Y SÍ, para ello necesitamos una energía que a veces no tenemos. ¡Pues anímate, vente y procura por ti!

¡Un abrazo grande, grande y delicado!

 

Pranayama fàcil: SUKHA PURVAK

Els efectes d’aquesta respiració són notables, especialment per reforçar i dominar el sistema nerviós. Augmenta la capacitat respiratòria el rendiment físic i desenvolupa les facultats mentals.
En aquest tipus de respiració es comença a controlar el ritme respiratori. Es fa primer una inspiració completa durant 4 segons. Després es reté l’aire tancant la glotis, una mica el coll (halandharan-bhanda) durant 8 segons i després espirar durant 8 segons més. La formula és: 4-8-8.
Aquest exercici pot practicar-se tres vegades al dia durant la primera setmana. A la segona setmana afegir-ne una respiració més, una altra la tercera setmana. Fer-ne 4 la quarta setmana i 5 la cinquena. Lògicament es pot descansar entre respiracions per recuperar la respiració. Quan sigui fàcil mantenir aquest ritme durant les 5 respiracions sense esforç es pot continuar amb la següent proposta: 5-10-10 i de la mateixa manera durant 5 setmanes, afegint una més cada setmana fins a arribar a 5 respiracions sense esforç.
Llavors ja estem preparats per canviar la fórmula a 4-16-8 i aquesta es practicarà 3 vegades per sessió i 3 vegades per dia.
Durant la retenció, el prana o energia psíquica es fixa, permetent que la ment prengui consciència de les realitats que hi ha dins.

© La Tara, del SISEspai de Salut,  ens el va donar un estiu perquè ho practiquéssim. Gràcies Tarita.

Resulta que sí, que el hábito sí hace al monje

Antes de empezar a leer este post, le puedes dar al siguiente link, y mientras leas, una suave música de un gong te acompañará: https://www.youtube.com/watch?v=QG_cakuDl3Y 

Tuchún-tuchún-tuchún-tuchún-tuchún…. Estoy tumbada en una sala aislada del mundo exterior. La sala estaría en completo silencio si no fuera por ese ruido constante de fondo. La primera idea que se me viene a la cabeza es que podría ser el sonido de una fotocopiadora. La descarto casi de inmediato. La razón es bien sencilla. Voy desnuda por completo. Tan solo llevo una bata de celulosa verde y unas braguitas del mismo material. Esto es todo lo que había en el diminuto cuarto que hay antes de la entrada de la sala.  Junto con un aviso: “quíteselo todo. Cuando esté listo, toque el timbre y vendremos a buscarle”.
Aun así, lo peor no es ni el tuchún-tuchún, ni el repugnante tacto de la celulosa en mi piel. Lo peor viene ahora. Lo sé porque la otra vez fue igual. En cuanto oiga cerrar la puerta de la sala he de quedarme inmóvil. Durante 20 minutos no podré mover ni un centímetro de mi cuerpo. Sobre todo de cintura para abajo. Algo del todo improbable porque unas cinchas inmovilizan mis piernas. El único recurso que me quedará será dejar pasar esos pensamientos inoportunos,  tratar de respirar con un ritmo regular, e imaginarme un sonido distinto https://www.youtube.com/watch?v=QG_cakuDl3Y
No será como  cada mañana y cada noche, cuando hago la meditación en casa porque, ahora mismo, todos mis esfuerzos se concentran en retener unos gruesos e inoportunos lagrimones que me inundan los ojos. Si uno solo de ellos, consigue deslizarse por mis mejillas el llanto será incontenible. Lo sé porque es el mismo miedo que he sentido durante los últimos meses. Por eso sé que el pánico se va a apoderar de mí como no consiga dejar pasar ese pensamiento que me provoca el miendo. Pero sí, si lo sé. El pensamiento se da en mí, yo lo veo, pero me cuesta no dejarme envolver porla sensación. No es sólo por los 20 minutos que me esperan o por lo que, dentro de 5 días, me dirá el cirujano mientras observa en una pantalla los resultados de la prueba de hoy. En realidad, a lo que le tengo miedo es a la bata de celulosa. Esa bata te convierte en otra persona. Te roba la rutina del día a día. Te convierte en paciente de un hospital. Es entonces cuando me viene de golpe lo que un monje budista le explicaba a una de las mujeres más poderosas del mundo. Sucedió en marzo del año pasado. Thich Nhat Hanh le contaba a Oprah Winfrey  https://www.youtube.com/watch?v=NsTp6tsIcPI que siempre supo que sería monje. Que dedicaría su vida a lo que él llama “la transformación” y que para ello tan solo hay que tener la mirada del principiante. A Oprah, las palabras de Thich Nhat Hanh le debieron llegar al alma (y al bolsillo) porque ahora anda dedicada en cuerpo y alma a dar conferencias de espiritualidad y autoayuda por todo EE.UU.
En la misma entrevista, el maestro budista también le explicaba a Oprah dos cosas preciosas que, por su sencillez, podrían pasar inadvertidas. Una de ellas se refería a la belleza. En concreto a lo que le sucedió al llegar a la Universidad de Princenton. Fue la primera vez que vió como, en otoño,  caen las hojas de lo árboles. Con un cierto sentido del humor, Thich Nhat Hanh también confiesa que este disfrute no vino solo. Vino acompañado del descubrimiento de las bondades de la calefacción. La segunda cosa sencilla tenía que ver con su hábito.  Oprah le pregunta si se sintió discriminado o aislado por vestir de manera diferente. La respuesta de Thich Nhat Hanh es sencillamente deliciosa. Thich Nhat Hanh le confiesa a Oprah que hay una razón muy poderosa por la que los monjes budistas llevan este hábito. Les recuerda quienes son. Esas sencillas túnicas de algodón de colores tierra les impiden alejarse de su objetivo vital. Les ayuda a comprender su sufrimiento y aliviarlo. Porque sin sufrimiento no hay felicidad, afirma Thay (maestro) https://www.youtube.com/watch?v=LkZDZjNFWG4
Es lo mismo que sucede cuando ingresamos en un hospital. Las batas de celulosa nos impiden olvidar porque estamos allí. Mientras pensaba en lo curioso de la confesión de Thich Nhat Hanh y esta extraña similitud entre el hábito de un monje y la bata del paciente de un hospital, la cara se me iluminó con una sonrisa inmensa. Esas batas de celulosa también nos recuerdan que puede ser que todo salga bien. Que esa es la razón por la que están en el hospital.  En esas andaban mis pensamientos cuando siento como el silencio me invade por completo. No es sólo que el tuchún-tuchún haya dejado de martillear. Por unos instantes, mi mente tan solo ha recordado la sonrisa pillina con la que Thich Nhat Hanh le confesaba todos es
tos descubrimientos a Oprah. Y justo entonces me avisan que ya está. Que me quite la bata, me ponga mi ropa y me vaya para casa. En lo que tarda un suspiro vuelvo a estar vestida. Al sentir el tacto de mi ropa en la piel recuerdo otro de los grandes secretos que explica Thich Nhat Hanh: vive el momento. 

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