Hablemos de la atención.

Estar atento es estar concentrado en una sola cosa, en algo concreto, por ejemplo, en la respiración, en el fuego que arde en la chimenea, en la repetición de un mantra, etc. Se trata de mantener la atención en ese algo concreto. Eso supone, además, estar presente en aquello que ocurre en ese instante. Y justamente eso es practicar meditación.
Al meditar, desarrollamos nuestra capacidad de observación, de contemplación. En su teoría de la atención, Simone Weil decía que “la belleza es una fruta que se contempla sin alargar la mano”, pues consideraba la atención, la mejor de todas las virtudes. Una virtud que, para ser alcanzada, necesita de la práctica de la paciencia, la perseverancia, la ilusión y la concentración. La meditación debe ser intensa y prolongada, profunda y serena. Sin lucha; con una plena aceptación de lo que es y lo que hay.  
Y como dijo Yoda: «Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad». 



¿Amo?

Hace unos días escuchaba las cintas de un maestro y me preguntaba: amamos por lo que nos dan o por lo que son? Mi amor es interesado entonces…? 
Sé amar porque soy Amor, dice Antoni Blay. Pero lo que decimos «Yo» está tan  condicionado que nos aleja de apreciar y saber dar el verdadero amor.
Qué lejos queda el amar por lo que el otro es…
Yo quiero que me amen como yo quisiera que me amen. Es eso verdadero amor o es puro interés?.   No dejo espacio a que el otro me ame como él sabe y/o puede…  Y de ahí sale la queja o la frustración, causada solamente por esa falta de aceptación…
Y sé, que por mucho que yo haga, él no me querrá más. Me querrá en la justa medida que él se quiere.
Y todo esto está muy lejos de ese amor incondicional, que por ejemplo, como madres o padres, tenemos por nuestros hijos. 

Tenemos tb por delante un buen reto: aceptar las cosas como son, y no como quisiéramos que fueran. 
Pues sabemos que los que tienen verdadero amor en su corazón, nunca se sientes infelices.

Querernos

Parece fácil… pero nos cuesta querernos. Nos cuesta tener una buena relación con nosotros mismos. Nos cuenta aceptarnos. Ahí está la clave?
Pienso que podría ser un estupendo propósito para este nuevo año, no crees?

Respira, medita y sé feliz este año 2015 que ya está entrando 😉

El silencio

Tengo una buena amiga que me ha puesto un reto, redactar un Post de tan solo 4 líneas… Voy a ver si soy capaz y desde luego, éstas dos y media, no cuentan.
El estar en silencio durante un fin de semana ha sido una experiencia preciosa. Me pedían que me enfrentara a lo desconocido sin ninguna idea preconcebida, sin expectativa de ningún tipo. Abierta y receptiva. Y  lo que se dio fue brillante y lleno de amor.
El silencio nos habla y nos conecta con nuestro interior. Y ese interior es el Yo Soy, más profundo que mi nombre y mi forma.
Bueno mi niña… no son 4 líneas, pero sí son 6.
Besos y abrazos.

R&M, 1actitud.


Sé feliz a pesar tuyo, y perdónate todo lo que puedas

Parece una frase contradictoria? No, no lo es, en absoluto! Es el día a día de muchos de nosotros. Me explico.
El pasado fin de semana asistí al último módulo del 2 curso del Método Phi, método introspectivo de conocimiento propio, http://espaciophi.com/saludnatural/metodo-phi/ que llevo realizando desde hace 6 años. Al finalizar la sesión, se nos pidió que escribiéramos un deseo en un papel, que daríamos a otra persona. A pesar de que luego resultó que ese papel era para cada uno de nosotros! Ajá!
.-Y yo escribí: “Sé feliz a pesar tuyo. Y perdónate todo lo que puedas”.
Ese “a pesar tuyo” que salió espontáneo y como una gracia, es un razonamiento complejo y profundo.  Pues se refiere a pesar de tu mente rayada –si se me permite la expresión-, a pesar de la cháchara mental que inhibe tu conexión con la quietud de tu ser esencial.
Hago tanto caso a mi mente que me despisto y me alejo de la luz. Por eso añadí la coletilla “a pesar tuyo”. Porque vivo en la mente. No en mi mente. Empecemos por ahí… porque la mente no es mía. Yo me identifico con ella, y aquí está nuestro gran error.
Y como me explicaba ayer una paciente de la Unidad de estrés del Instituto I. Umbert  http://www.idermumbert.com/es/estres.php ella le decía a su mente: “Mente, déjame en paz que me quiero ir a nadar”
.-Y la mente le iba diciendo: qué pereza! Ahora? Después de comer? No, quédate tranquila… Y ella, no haciéndole caso a su mente, cogió los bártulos y se fue a la piscina.

Y, el resto de la frase “perdónate todo lo que puedas”, lo dejamos para otro Post 

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